Comenzamos la cata por el primer eslabón, Erre Punto Maceración Carbónica 2012, un vino de bodegas Remírez de Ganuza, vino con un coupage excepcional, Graciano, Tempranillo, Viura y Malvasía. Sí, habéis leído bien, dos varietales negras y dos blancas, bajo el método de maceración carbónica. En copa nos encontramos un vino de bonito rojo guinda de capa alta, con un ribete violáceo de gran intensidad central que funde hacia el borde, la lágrima se muestra fina y uniformada. La nariz nos ofrece una fruta roja de gran expresión, golosa, notas lácteas y de fondo floral impresionante. Se entremezclan los frutos rojos con fruta de hueso, fondo herbáceo y sotobosque, con una punta especiada. ¡Increíble! En boca entra chispeante, frutos rojos, chuche de fresa y plátamo, alegre, vivaracho. Muy fresco y genuino. La acidez vértebra el trago, el tanino está pulido; el trago es amplio y potente, aunque se ausenta rápido, es corto, dejando una sensación de acidez que incita a otro trago. Divertidísimo vino, un claro exponente de auténtica reinvención.

 

El siguiente paso lo damos con una bodega que está dando mucho que hablar, Paco García Seis 2012 el joven de Bodegas Paco García. Monovarietal de Tempranillo con seis meses de barrica, apostando por una mayor extracción frutal. En copa muestra un rojo cereza intenso de capa alta, ribete violáceo, de abundante lágrima y un balón que acaba teñido al movimiento. De gran volumen aromático, se aparece una nariz generosa en frutos rojos y negros, especias y bálsamo, con un recuerdo de lilas marchitas y notas torrefactas. La boca es golosa, una juerga de frutos rojos, grosellas, moras, fresas, con cierta sensación a compota. Flores azules que acompañan a bálsamos de monte y un fnal cremoso a toffee. Brutal expresión de corte moderno.

 

Con Baigorri Crianza 2009 encontramos un equilibrio en la modernidad, con un coupage de Garnacha Tinta, Tempranillo y otras variedades, fermentación maloláctica, crianza en barricas durante 14 meses y un ensamblaje definitivo con un posterior reposo en botella. En copa muestra un rojo picota de capa alta ribete violáceo, glicérico a los bordes y elegante lágrima de lenta caída. Nariz gruesa y potente, aromas de fruta roja y negra madura, generoso. Notas florales y un fondo cremoso; un segundo paso por nariz, desvela notas especiadas, ahumados y mentolados. La boca se muestra contundente, con una fruta roja amable y generosa, entremezclada con las notas a caramelo y tostados. La acidez se muestra alta y equilibrada, el tanino maduro y notas de madera. El retronasal nos devuelve unas notas a coco, caramelo y tostados con un fondo frutal. Encantador y elegante vino.

 

Nos pasamos al único blanco de esta cata, otro día cataremos más. Luis Alegre Finca La Reñana 2011 es un blanco de Viura al 90% y Malvasía al 10%, con seis meses en barrica con sus lías finas, buscando una mayor complejidad aromática y untuosidad. Estamos ante un gran vino al que recomiendo una hora de aireación mínima; ésta nos abrirá un vino que presenta un color amarillo pajizo con reflejos dorados, limpio y brillante y de lágrima glicérica. En nariz apuntan alto los cítricos, piña bien madura, hierba cortada e hinojos. Otro paso trae los cremosos de las lías y otras notas de almendra tostada y miel. En boca tiene una paso untuoso, amplio en frutos amarillos y cítricos. El equilibrio es perfecto, flores blancas y el recuerdo de los tostados, con un final amargoso. La acidez nos anuncia una larga vida en botella; lo podremos tomar ahora, un arroz caldoso o pescado en salsa serán ideales, pero una guarda de dos años más en botella evolucionará este vino. ¿Quién se atreve a esperar?

 

Volvemos a los tintos. Después de Baigorri vamos hacia otro crianza, La Montesa 2010 de Palacios Remondo, personalísimo elaborador que ofrece un toque característico, dentro de los cortes modernos. De Garnacha Tinta, Tempranillo y Mazuelo con una maceración pelicular a baja temperatura y un paso de 12 meses en barricas. A la vista ofrece un rojo rubí de capa media alta, con un menisco amoratado y glicérico, lágrima uniformada de rápida caída. En nariz es potente, aromático, frutos rojos que combaten las especias, bayas, moras, ciruelas en un punto maduro, bálsamos de monte y notas florales a lila y lavanda. La boca es fresca, alegre, con unos frutillos rojos muy vivos. Los bálsamos y las especias están tranquilos, reposados, existe un buen equilibrio entre ellos. Un segundo paso y aparecen las notas cremosas, la acidez bien marcada, en un trago que se antoja corto, con un retronasal a frutos rojos. Estamos ante un vino totalmente personal, con sello distintivo y de excelente evolución en los próximos años.

 

La traca final se la reservamos, a una de las posibles bodegas culpables de este nuevo corte riojano. Bodegas Roda y su Roda Reserva 2008 vino sin contemplaciones, lo mires por donde lo mires. Garnacha Tinta, Graciano y Tempranillo, fermentación maloláctica, 16 meses en barricas 50% nuevas y 50% de año, tras este periodo se embotella y pasa otros 20 meses más en ella. Rojo rubí de capa alta, destellos violáceos en superfície que difuminan a un teja tostado en los bordes. Tiñe el balón a su paso, dejando una elegante y uniformada lágrima. En nariz obtenemos un perfecto ensamblaje fruta-madera, bálsamos y especiados relegados a actores secundarios, ejemplo perfecto de estos vinos de mayor expresión frutal, sin dejar la barrica de lado. En boca es equilibrado, fino, nadie quiere ser protagonista, los frutos rojos y los tostados, junto al caramelo van de la mano. Las especias y los balsámicos se unen al coro, nadie alza más la voz. El tanino está híper pulido, la acidez correctísima, trago corto y generoso con un retro a frutos maduros. ¡Enorme vino!

 

Como veis, esta vez en enterwine.com,  hemos disfrutado mucho con la cata. Deseamos que vosotros también lo hagáis, la Rioja aún nos debe descubrir muchos tesoros. Aquí tenéis la muestra. Probad, catad y decidid, es vuestra elección!