Comenzamos con Temps de Flors 2013 de Sumarroca y no puede ser más acertado: su etiqueta está repleta de flores, como su nombre bien indica (Tiempo de Flores). Un vino blanco con un coupage de Muscat, Xarel·lo y Gewürztraminer. En copa nos ofrece un color amarillo pajizo, limpio, claro y brillante. La nariz está repleta de fruta de hueso y flores de primavera, melocotones se entremezclan con aromas de jazmín, jacinto y flor de limón. La boca, fresca y carnosa, peras uvas y melocotones, acidez elevada y notas cítricas, acompañadas de otras muy florales, típicas de la Gewürztraminer. Amplio y largo, alegre y vivaracho, perfecta expresión de la primavera en un vino blanco.

 

José Pariente Sauvignon Blanc 2012, monovarietal de Sauvignon en Rueda. Este elegante vino viene con una etiqueta ilustrada al lateral que recuerda a las flores impresas en papeles pintados, tapices rococó... mucha clase. Queda demostrado en su interior: la juventud primaveral la dejamos atrás y entramos en terreno serio, amarillo pajizo en copa, reflejos verdosos que mueren en un menisco dorado, lágrima elegante y uniformada. En nariz se muestra ancho, fruta tropical madura, piña, mango, los cítricos dulzones y licorosos, recuerda un buen limoncello. Se acompaña de notas ahumadas, untuoso, flores blancas, hinojos y notas minerales. En boca es amplio, su paso llena de untuosidad el paladar. Fruta amarilla madura, cítrico y mineral, acidez muy equilibrada. El trago se alarga, un segundo paso trae notas salinas, anises e hinojos... el atardecer de un día de primavera en tierras andaluzas.

 

De postales hablamos, fotos en la memoria, Blanc d'Orto Flor 2011 evoca una tierra en pleno cambio en su etiqueta, las montañas antaño teñidas por el color del invierno empiezan a verdear, los primeros y cálidos rayos de sol dan paso a la vida y al nuevo ciclo. Monovarietal de Garnacha Blanca de cepas de más de 40 años, y con un reposo en lías de 7 meses. En copa muestra un amarillo limón con preciosos reflejos dorados, brillante y limpio. La lágrima no cae, flota entre el limbo del cristal y el líquido. Nariz a frutos secos tostados, cáscara de limón, untuoso, torrefacto, dulce de membrillo. Se abren paso las frutas de hueso, ahumados, especias al fondo y algo herbáceo. El paso en boca es graso, opulento, fruta blanca madura, hierba cortada, cuerpo ancho, estructurado, acidez equilibrada vertebrando un gran vino. Cremas de lías, almendras, notas minerales expresando el terruño, retro floral y algo cítrico. Trago muy largo, buen compañero de las sobremesas primaverales mediterráneas, gran vino del Montsant, evocador, ensoñador.

 

La primavera se relaciona mucho con las flores blancas, jazmines, narcisos, jacintos, un largo etc. El rojo o los rosados también forman parte de ella, la flor del almendro, las cerezas, los rosales, las bayas de mora, las fresas,... 5 Rosas 2013 nos muestra otra primavera, su etiqueta viste de rosales en flor, rosado contenido de la variedad del BierzoMencía, que reposa con sus lías 5 meses. Carmín en copa de irisaciones rosadas con un velo azulón en su capa superior, brillante, preciosa. Glicérico al paso tiñendo el balón, suave caída de una uniforme lágrima. Alegría, juerga, fiesta, chicle de fresa, cremosos, especiado. Cesto de frutas, lo destapas y los aromas de ciruelas y cerezas te embriagan, las frutas de hueso piden presencia y la jugosa sandia se ofrece, no más tardan a la mesa el melón y frutos exóticos ¡qué barbaridad! Un último paso y mi nariz halla la etiqueta, con ella, el rosal. La boca es ágil, trotando rauda por el paladar, grandes dosis de fruta de hueso y roja, cremoso, especiado, con una acidez que hace salivar, que alarga el trago, que se torna muy jugosa, es un mordisco a la libertad salvaje de la primavera. Trago largo que amplia el tiempo en boca, diversión y complejidad. Como ver a los chiquillos corretear por la montaña, entre zarzas, entre hierbas, con el tiempo y el sol a plena disposición.

 

Dicen que la sangre altera, la gente se ve más alegre, los enamorados se disparan como esporas, afloran nuevos sentimientos... ¡Ah! El embrujo de la Primavera, ofrece sol, calor, fragancias nuevas, ... ¿cómo no nos vamos a enamorar? Pasión de Bobal 2011 trae consigo el amor, un árbol que florece corazones, un tinto que ama su variedad, la Bobal, en definitiva un vino para enamorados. Rojo picota de capa alta, ribete violáceo y glicérico. Balón que se deja abrazar por el color, lágrima que besa su borde en una caída seductora. Los aromas a frutos negros y rojos asoman a un primer paso, lácteos y especias. Bálsamos de eucalipto, notas de lilas y una compañía dulzona a toffee, con suaves notas tostadas. De marcado carácter varietal, su trago es goloso, lácteo, con unos balsámicos muy marcados, torrefacto y cremoso. Los taninos están maduros, su cuerpo equilibrado y la acidez está bien integrada. El retronasal nos devuelve su fruta, golosilla. Un vino apasionado, de acalorado abrazo, festivo y alegre.

 

Ya veis, la primavera trae muchas cosas y de entre ellas, estos vinos que tanto hemos disfrutado y esperamos vosotros hagais lo mismo en un futuro muy próximo.