EN TIERRA DE MEIGAS, EL VINO TINTO.

  

No creo que descubra yo ahora el oro de Moscú, ni tan siquiera que revele una gran verdad, pero sí añadir algo más de luz para muchos aficionados al vino, y es que en Galicia se hacen unos tremendos vinos tintos.

 

Si, habéis leído bien; y no, la cata no nos ha afectado tanto como para desvariar. En Galicia se hacen unos señores tintos, su gastronomía suele ir ligada a marisqueo y pescados, de ahí sea mas conocida la vertiente de sus blancos de los que ya dimos buena cuenta en nuestro post de Semana Santa.

 

Para ser honestos, no todo es marisco en Galicia o ¿es qué su ternera no es archiconocida? Como también lo son sus empanadas, callos con chorizo, ... este mismo en su versión criolla o acompañando ma¡ás hermanos carnales en un buen churrasco, molleja, lacón, zorza, el cocido gallego, sus embutidos, los guisos acompañados de exquisitas verduras y legumbres. ¡¡Y sus pimientos del Padrón!! Por dios, ¡qué hambre!

 

Las creencias en Meigas llevan a muchas historias, llevan a creer en lo más remoto, las historias llevan al ser humano a auto superarse, sin los sueños y nuestros miedos, sin nuestros cocos y meigas nos somos nada. La tradición nos arraiga, nos lleva a los bosques de donde salen estas historias, donde se crean y forjan. Es el empecinamiento en crear unos tintos excepcionales, donde la historia augura una catástrofe, donde unas condiciones climatológicas tan peculiares como lo son en Galicia echan a tras al mas pintado. Es ahí donde los gallegos no se amedentran fácilmente; han domado el atlántico, lo han cruzado y utilizado a su favor, y las Meigas soplan ahora los vientos de la abundancia para sus paisanos, donde todo lo dicho anteriormente no es impedimento para  crear unos vinos que llevan en boga durante los últimos años, por su particularidad y peculiaridad, pero sobre todo por el buen hacer del pueblo gallego.

 

No es de extrañar que estos dueños del atlántico y medio mundo (reíros de la expansión china y flipad con la gallega) tengan unos tintos excelentísimos con los que deleitarnos para elevarnos al mayor de los nirvana vinícola. Sus variedades van desde las desconocidas Sousón, Merenzao o Brancellao, pasando por más sonadas como la Loureiro Tinta, Caíño o Espadeiro y, quedando por último, la conocida Mencía.

 

Repartidas en sus cinco denominaciones, donde la Ribeira Sacra contempla la Mencía, Merenzao y Brancellao; en Monterrei la Mencía, y en Ribeiro la Sousón y Mencía. En Valdeorras utilizan Mencía y Merenzao. Y, por último, en las  Rías Baixas encontramos la Caiño, Espadeiro, Luoreiro Tinta y Sousón.

 

Estas uvas tintas, exceptuando a la Mencía acostumbrada a  dar un vino mas afrutado, son capaces de crear unos vinos tintos elegantes, finos y de gran acidez, con un paso por boca diferente a lo acostumbrado por el país, menos voluptuosos, más frescos, menos alcohólicos, persistentes y de grandes trazas vegetales, raros para el iniciado y de grata sorpresa para el seguidor. Los suelen llamar vinos atlánticos por su diferencia notable con el resto del país, pero de eso se trata no? De tener una diferencia real entre comunidades, así podemos gozar de esta diversidad.

 

Desde Enterwine nos hemos propuesto aproximaros a estos geniales vinos. Hemos seleccionado vinos coupageados y monovarietales de estas estupendas tierras de Meigas. Esperemos los apreciéis y disfrutéis tanto como nosotros lo hemos hecho.