COCA Y CAVA! O MAS…

 

Emocionado me hayo al escribir estas líneas: se acerca una festividad que en Cataluña esperamos con gran fervor y no por devotos religiosos y sí por devotos golosos, pirotécnicos y bebedores de cava, eso es, a resumidas cuentas, la Noche de San Juan o Verbena de San Juan.

 

La verbena de San Juan es una de esas festividades paganas pre-cristianas que servían para celebrar el solsticio de verano, siendo éste el 21 de Junio. La celebración consistía en hacer hogueras que quemaban durante la noche, a la cual se la conoce como la más corta del año. Con ésto, al hacer las hogueras se pretendía dar mas fuerza al sol, ya que los días se iban haciendo más cortos hasta el solsticio de invierno; también se decía que el fuego tenía un efecto purificador en las personas que lo contemplaban.

 

Digo y comento estar emocionado, ya que esta festividad bien arraigada al pueblo catalán, la vivíamos de pequeños con una emoción singular. Si nos ponemos en situación, eres un niño que ha acabado el curso de EGB que pertocaba, nos juntábamos los pequeños, con los medianos y los grandes del barrio, reuníamos muebles viejos de cada vecino y sobre todo, hacíamos partidas de chiquillos en búsqueda de “palets” parea quemar. (Hay que decir que en época de votaciones, solían colocar unos murales de madera gigantes cogidos a tierra por unos palos enormes, que junto a la cara del político de turno ardían que daba gusto).

 

Más tarde, un vecino se dedicaba a colocar un muñeco en la cima de la leñosa montaña; ésto era emoción, diversión, era ser niños y gracias a ésto, tengo dos vacunas del tétanus: una por atravesar mi puente del pie con un clavo oxidado, otra porque un perro nos persiguió mientras tomábamos prestados unos palets… y qué más da! Ver arder aquella hoguera enorme, gigante, estar a dos metros y tener que retrasarte un par de pasos para no abrasarte, por todo eso merecía la pena. ¡Noche de Verbena!  ¡¡Y los petardos!!! Ay los petardos, esos fuegos de artificio, bombitas que hacías estallar en la pared del vecino que te animaba a hacerlo para más tarde tener una excusa para encalar su pared, ver esos cohetes estallar en el cielo estrellado, asustar a un vecino que no te cayera muy bien (seguro era profesor) ¡¡qué tiempos!!!

 

Más tarde, nos juntábamos todos en casa de la abuela cenando todo tipo de comidas y llegaba el momento del postre, ¡una coca! Tradicionalmente, la coca ha de ser de forma ovalada, una referencia más hacia el sol, gran protagonista de la noche de verbena o San Juan, se suele hacer con una masa tipo brioche o mil hojas, de chicharrones (llardons en Cataluña) crema, frutas glaseadas, etc. Un dulce que nadie quiere perderse y menos acompañado de su fiel trago, el Cava.

 

Es la gran noche del espumoso catalán, trago carbónico por excelencia de método champenoise y mayoritariamente hecho en el Penedés, cuna de este tipo de vino. Ahora y, tras unas convulsas situaciones acontecidas con la denominación de origen Cava, hay muchos elaboradores que están sacando sus vinos de ella elaborándolos fuera o en otras denominaciones. A día de hoy es fácil encontrarlos, dulces, semis, brut o brut nature, rosados, blancs de noirs, blancs de blancs y extendidos casi por toda la península.

 

Dejando de lado polémicas sobre el sitio, lugar, método, etc., los catalanes seguimos siendo fieles a la tradición, no dejaremos que la burocracia de algunos y el poco sentir de otros nos arrebaten una tradición más arraigada a nuestras vidas que la butifarra, ¡par diez! Faltaría más.

 

Por eso, desde Enterwine, hemos decidido tomar cartas en el asunto y hacer una selección de estos divinos espumosos, variedades y formas de elaboración diferentes inclusive, para haceros partícipe de esta divertida forma de celebrar la Verbena de San Juan. Tenéis un completo pack para celebrar una verbena... de categoría y una selección de cava que hemos catado. ¡Coged bolígrafo y empezad a apuntar!