Hemos escogido cinco vinos como representantes de esta gran denominación, como podríamos escoger otros tantos cincos, la diferencia no reside tanto en la calidad sino en lo variado de sus características. Con ellas queremos dar a conocer el apreciado terruño del Montsant.

 

Empezamos con Miloca 2013, un monovarietal de Samsó (Cariñena) con una producción muy limitada, tan sólo 1250 botellas. Ofrece un denso y oscuro color rojo picota de capa alta, con un ribete violáceo de borde glicérico. En movimiento tiñe el balón con un final lacrimoso de lenta caída. En nariz presenta notas minerales con recuerdos a tierra húmeda, sotobosque de líquenes, ciertas notas saladas y lácteas a la vez, embutidos, cremoso queso. Especias en segundo plano, con frutos negros al fondo, golosos y maduros. De entrada fresca y agradable y de ciertos toques chispeantes, la boca ofrece fruta roja, con unas especias que campan a sus anchas. Buena estructura, acidez que augura buen futuro en botella, trago corto que invita a más. Excelente joven de gran expresión varietal y muy buena RCP y que en pocos días lo tendremos disponible en enterwine.com

 

Con Luno 2011 la cosa se pone seria... qué va! Un vino con ocho meses de barrica y un coupage de Cabernet Sauvignon, Cariñena, Garnacha Tinta y Syrah. Bien podría dar la imagen de serio, pero no, es todo lo contrario; es un vino desenfadado y sin tabúes. El agradable Luno, que nos llega de una nueva aventura de Alfredo Arribas, viste un rojo picota de capa alta, con menisco carmesí y unas irisaciones violáceas muy bonitas. Al paso tiñe suavemente la copa y deja una lágrima glicérica uniformada y lenta. Portentoso en fruta roja madura y negra sobremadurada casi licorosa. Notas minerales, sotobosque en invierno, lilas marchitadas, camino forestal. Elegante entrada y aterciopelada, con un gran volumen de fruta madura que aporta peso, buena expresión de los varietales, la cariñena vértebra. Manzanas asadas, cassis y mermelada de moras. Una estructura impecable, taninos bien maduros. Notas minerales y de la crianza bien integradas, el retro nos devuelve la fruta, muy goloso. Un vinazo para disfrutar a copas entre amigos, un no parar.

 

El exotismo en Montsant lo pone Dosterras Blanc MMXII, un blanco con un ensamblaje curioso, curioso. Garnacha Blanca, Roussane, Pedro Ximénez y Marsanne, ahí es nada! Vino que catar, lo que es catar, pues es dificilillo. No, pero realmente estamos ante un vino complejo, los seis meses en barrica lo atemperan un poco, dejándonos un vino de bonito amarillo pajizo con dejes alimonados, brillante y limpio, con reflejos dorados en la capa superior, de abundante y lenta lágrima. La presencia de fruta amarilla madura se deja notar en nariz, con fina bollería, notas minerales, fruta de hueso y tropical. Notas de crianza, cremosas lías aportan cuerpo, herbáceo, anisados e hinojo, frutos secos... híper compleja nariz, ¡me encanta! En boca los cítricos nos atacan, la piña está muy fresca aquí, es totalmente diferente a la nariz, fresco, intenso, fruta blanca, pera y uvas, herbáceo y especiado. La crianza hace acto de presencia, bolleria, vainillas y toffee... vino enorme, a tener en cuenta el futuro que se le presagia; mejor dejarlo un par de años y volver a probar. Experiencia única.

Punto y aparte se merece L'Alleu Vinyes Velles 2011; de corte tradicional, nos encontramos ante un vino que rememora la tradición en Montsant, Garnacha y Cariñena de suelos calcáreos arcillosos y pizarrosos (licorella) en Marçà. 10 meses de barrica francesa y baja producción, 4000 botellas. Vistoso rojo guinda de capa alta, oscuro, denso, azulado en la capa superior. Lágrima lenta, desfila en línea, milimétrica, buena formación. En nariz las especias desfilan primero, la fruta negra madura aparece acto seguido, ciruelas, cassis, enorme. Regalices y lilas, tierra húmeda, bajo monte, recuerdos nítidos totalmente mediterráneos, muy balsámico, especial. Boca estructurada y gruesa, casi se puede morder. Frutos maduros, bálsamos, cremoso, lilas y ciertas notas a lácteos, especiado y licoroso en segundo plano. Tanino maduro, retro frutal, estructurado, serio. Gran vino a excelente precio.

 

El broche final lo pone Ètnic Blanc 2010 del Celler Masroig, gigante monovarietal de Garnacha Blanca. En Enterwine hemos quedado gratamente sorprendidos. De cepas de más de 60 años, es un vino que inicia la fermentación en acero inoxidable, la finaliza en barricas de roble nuevo haciendo battonage y reposa en barricas durante 5 meses más. Precioso amarillo dorado en copa, algo ceroso, el vino trepa por las paredes en movimiento e inicia un descenso digno del stop-motion. Agradable notas ahumadas, almendras tostadas, la panadería-bollería por la mañana, llena de agradables notas del horno, panes de mantequilla, brioches, croissants. Melocotones de viña maduros, piña, membrillo y con un final anisado, vuelve la panadería. El paso por boca es graso, untuoso y, a la vez, ágil. De cuerpo cítrico y herbáceo, viste un corazón a peras maduras, carnosa piña y melocotoón maduro, que se ven arrastrados por una acidez que promete más tiempo de guarda. Las notas herbáceas aparecen de nuevo, hinojos, anís... el retro viene cargado de las notas de crianza, coco, vainillas, cremoso, agradable. Trago largo en el que deleitarse, de las mejores garnachas blancas que podremos encontrar, seductora, elegante, expresiva y con un futuro mejor.

 

Desde Enterwine.com os invitamos a descubrir una DO, la Montsant, que dará mucho que hablar en el futuro. Esperamos que disfrutéis estos vinos tanto como nosotros.