Dicho y hecho. A continuación tenemos la selección de vinos que preparamos para la semana de Cuaresma. Hemos disfrutado mucho de cada uno de ellos, incluso con alguna sorpresa que desvelamos ahora mismito. Empecemos, pues, con las catas de estos estupendos vinos blancos cuaresmales (toma palabro!).

 

Empezamos con Pagos de Galir Lías 2012, un Valdeorras monovarietal de Godello elaborado por Bodega Virxen del Galir. Vino que pasa cinco meses en sus lías finas en depósitos de inoxidable, para aportar finura y expresión, con un toque de untuosidad. En copa ofrece un bonito color amarillo dorado brillante y limpio, con unos bordes glicéricos y una lágrima de lenta caída. El ataque en nariz nos ofrece una salinidad de recuerdos lácteos, a quesos azules, cremosos y de buena curación. Pasado ésto, aparecen notas herbáceas, hinojos y hierba cortada, recuerdos frutales a melocotón, pera y albaricoques. Conjunto muy atractivo. Entrada de boca fresca, franca, fruta blanca muy marcada, cítricos y un conjunto herbáceo presente acompañado de una acidez que vértebra muy bien. De trago corto pero con una persistencia notable a cítricos, con un poco de untuosidad que desaparece pronto dado la acidez y esas notas cítricas, ideal para entrantes de marisco y pescados en fritura.

 

De un Valdeorras pasamos a un Ribeiro; en este caso, se trata de Casal de Armán 2012, con un coupage de Albariño, Godello y Treixadura y nueve meses sobre lías. De precioso amarillo pajizo, limpio y muy brillante, cristalino! Ofrece una nariz cítrica encantadora, pomelo y mandarina, con un recuerdo floral de primavera. La fruta de hueso se presenta tras un segundo paso, que también ofrece unas notas cremosas a bollería. La boca es alegre, ágil, fruta de hueso y pomelos de la huerta valenciana, gorditos, maduros, dulzor y amargor a la vez. Paso ligero de hierba cortada, acidez equlibrada, toque cremoso en un trago que alarga en boca mucho, excelente blanco. El "Bacalao a la llauna" ya tiene un compañero, si no compruébenlo.

 

Seguimos con otro Ribeiro, Eduardo Peña 2012, un Ribeiro con coupage de las tres reinas (Albariño, Godello, Treixadura) más otro porcentaje de Lado y Loureira Blanca. Trabajadas por separado haciéndo a fermentación con sus lías, un porcentaje en depósito de acero y el otro en barricas de roble europeo sin fermentación maloláctica. Bonito amarillo pajizo de reflejos dorados, con lágrima de caída lenta. En nariz ofrece notas de flores blancas, junto a notas frutales como la manzana, pera. En movimiento se le adivinan más complejidad, mango y piñas maduras, notas ahumadas y cierta untuosidad. En boca es elegantísimo, una grata sorpresa, muy floral y mineral, con ciertas notas ahumadas, la fruta de hueso tiene una gran persistencia que, junto a la acidez, hacen que este vino recuerde a esos geniales blancos alsacianos, equilibrados, florales, minerales y con la justa carga frutal; un vino sorprendente e increíble. Combinará a la perfección con muchos platos, quizás un bacalao con ajitos y gambas será un excelente acompañante, pero no lo menosprecien para unos entrantes a base de mariscos.

 

Una de las más gratas sorpresas nos la creó este otro vino, Seducción SP 2012 de bodegas Envite blanco semidulce con un 90% de Viura y un 10% de Malvasía. Sí, se trata de un semidulce de Rioja, una rara avis, pero ya no por ser riojano, sino por ser en sí mismo un semidulce particular. Luce un amarillo pajizo con reflejos y capa superior dorada, limpio, brillante y uniformada lágrima. La nariz es sorprendente, manzanas al horno, peras bien maduras, albaricoques y melocotones en su justo punto, acompañado de unas notas ahumadas. En boca es un placer, jugoso, pera Williams, madura, dulzona, melocotones, piña, un disfrute, ancho, exquisito, con una acidez increíble, larga que arropa y alarga el trago, que limpia el dulzor, haciendo de este vino un semi diferente. Un semi que invita a más tragos. Combinará a la perfección con un bacalao a la miel con manzana caramelizada, el contrapunto de la acidez con las notas frutales lo convierten en el perfecto maridaje de este plato y para los más pecadores, un mi-cuit le irá ni que pintado.

 

Sin movernos de la Rioja, os presentamos el Viña Gravonia Crianza 2004 elaborado por bodegas López de Heredia - Viña Tondonia, blanco monovarietal de Viura, procedente de una vendimia que se alargó hasta el 5 de Noviembre debido a la perfecta climatología, con cuatro años de crianza acabando ésta en botella. A la vista ofrece un precioso amarillo dorado con reflejos alimonados, difuso a los bordes acabando con mucha glicerina. La lágrima es uniformada y de lenta caída. Inmenso, la nariz ofrece notas de almendras tostadas, membrillo, piña sobremadurada junto a unos preciosos ahumados y unos cítricos y ahumados, más joven en boca que en nariz, ahumados, manzana al horno. Acidez muy marcada, anuncia longevidad, gran vino, grandísimo si tenemos en cuenta la añada y aún con un camino por recorrer, un rioja de los Grandes. Dadle al potaje de bacalao cuanto queráis, este vino soportará eso y más.

 

Y por último, volvemos a Galícia. En Rías Baixas con Pedralonga Albariño 2012 como bien indica su nombre estamos ante un monovarietal de Albariño, con seis meses en sus lías finas con fermentación maloláctica. A la vista presenta un color amarillo pajizo con algo de turbidez. En nariz es complejo, fruta exótica, lichis, junto a piña bien madura, flores comoo la orquídea, pimienta blanca y un toque de bollería que aporta cremosidad. En boca todo queda bien conjuntado, fruta amarilla, notas herbáceas, acidez equilibrada que persiste, con un final amargoso. Un vino de trago corto, con una acidez que limpia mucho la bocaa y ayuda a dar el siguiente trago. Excelente para pescados al horno o entrantes de ahumados, canapés salados y quesos cremosos.

 

Como véis, esta cata también nos ha salido redonda; y es que con estos vinos es fácil acertar. Tenemos una gama que acompañará en cualquier mesa esta cuaresma, pero como siempre vosotros tenéis la última palabra.

 

Así que ya sabéis; Probad, catad y decidid, es vuestra elección!